Abrir el corazón al amor y a la misericordia de Dios, es abrir la puerta a la propia felicidad.
Lo que somos es el regalo de Dios para nosotros. En lo que nos convertimos es nuestro regalo para Dios.
¿¿¿ SABIAS QUÉ???...
Dentro de las fuentes y fortalezas más importantes de la Espiritualidad Cristiana Católica, se encuentra la Palabra de Dios, por tal motivo se convierte en algo significativo poder escucharla, reflexionarla y orarla.
Jesucristo para anunciar su mensaje tomo las Parábolas, pequeños relatos de fácil recordación, para hablarles a las personas sencillas, humildes y sinceras de corazón; por ello en este espacio creado especialmente para ustedes, queremos tomar este pasaje del Hijo Pródigo para enriquecernos como discípulos del Señor y verdaderos cristianos.
PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO.
Antes de reflexionar sobre esta parábola, es importante conocer el contenido completo del texto tomado de la Biblia. Lucas 15, 1-3.11-32.
También se le ha atribuido el nombre de "La Historia más Bella del Mundo" que nos habla a todos, porque es un relato sencillo que fácilmente pudiera repetirse. Este resalta el amor de un padre hacia su hijo perdido a consecuencia de sus propias decisiones, había pedido su herencia, se había ido a un país lejano y había escogido vivir perdidamente.
El énfasis de la parábola está en el padre generoso y compasivo, capaz de recibir con cariño y ternura al hijo que había traído tanta desgracia sobre el hogar. También nos muestra al hermano mayor, al que se quedó en casa junto a su padre, pero nunca supo aprovechar el amor, el cariño y todos los beneficios que podría gozar estando al lado del padre.
A algunos pudiera extrañarles que el padre aceptara repartir su hacienda en vida; pero esta no era una práctica en extremo rara para los judíos en época de Jesús. Según se estipula en Deuteronomio 21:17 al hijo mayor le correspondería dos tercios y un tercio al menor.
En este pasaje, podemos observar que las razones de reflexión del hijo menor fueron de corte más material, más pragmáticas: despertó a su verdadera situación (v. 13),se quedó sin dinero (v. 14), se quedó sin amigos (v. T5), se quedó sin comida (vas. 15-16), Se quedó en la calle, desamparado (v. 17).
Todo lo anterior es un reflejo de cómo opera el pecado en la vida del ser humano, cuando nos apartamos de nuestro Padre y optamos por nuestros propios caminos. No es simplemente la historia de un pecado particular, es el pecado en su naturaleza más esencial lo que nos revela, su poder destructivo, en donde los resultados para el hombre siempre son funestos.
En esta parábola se exalta el amor de Dios, expresado en la actitud del padre que amaba a sus dos hijos: al que pagó con lágrimas su error y también al que no supo aprovecharse de las bondades que él ofrecía.
Para conocer el profundo sentido evangélico de esta parábola es fundamental hacernos tres preguntas:
I. ¿POR QUÉ DECIDIÓ EL JOVEN REGRESAR A SU CASA?
No porque sintiera añoranza o nostalgia espiritual o sentimental, ni por qué hubiera sido objeto de una conversión repentina. Despertó a su condición caótica, dándose cuenta del valor personal que tenía como ser humano y que si pudiera reconciliarse con su padre pudiera obtener una vida mejor.
II. ¿CUÁL FUE SU PLAN PARA PODER REGRESAR?
El hijo perdido se sintió movido por las necesidades que sufría para regresar a su hogar. Calculó los riesgos, sabiendo que bien podría ser rechazado. Todo pecador sabe que al regresar a Dios tiene que confrontarse con su responsabilidad frente a los actos cometidos. Mil veces se preguntó: ¿Cómo habrá de recibirme? Fuera como fuera que lo hizo, tomó una decisión: Se llenó de valor y tomó el camino de regreso a su casa, aceptó reconocer su culpabilidad, reconoció la pérdida de sus derechos y aceptó la opción de regresar, no como hijo, sino como siervo.
III. ¿CUÁL FUE LA REACCIÓN DEL PADRE?
Estaba esperando a su hijo y desde lejos, a pesar de los cambios operados en éste le reconoció, movido por su infinita misericordia. Corrió al encuentro de su hijo y no esperó a que éste llegara, sino que fue de prisa a sus brazos, ordenó de inmediato que sus derechos como hijo le fueran restablecidos y celebró el regreso preparando una gran fiesta de recepción. Posteriormente, le explicó al hijo mayor que se mostró incomprensible y hostil, las razones de su comportamiento. Es aquí donde las palabras del Padre son el corazón de la parábola: "... este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido y es hallado".
Jesús con esta parábola explica que el muchacho aventurero asumió la decisión de regresar, pero su rehabilitación como hijo correspondió únicamente a los sentimientos de su padre, de parte del joven, la falta, el pecado, incluso las motivaciones personales; pero de parte del padre, el amor, el perdón y el poder transformador.
En esta bellísima historia del "hijo pródigo" se encuentra un mensaje que es el centro mismo del Evangelio, nos mueve saber que Dios siempre está en espera de todo pecador arrepentido y que en Él tendremos siempre un hogar fijo, por encima de nuestra rebeldía e indiferencia.
También nos anima descubrir que Jesús no se conforma con esperarnos, sino que sale en nuestra búsqueda de forma intensa y amorosa, aunque el hijo se perdió a base de decisiones personales equivocadas. Encontramos en esta parábola que la palabra "búsqueda" es esencial, el padre corre en busca de su hijo perdido, en este caso el ENCUENTRO produce GOZO en el CIELO.
Hoy es una oportunidad para que como hijos perdidos regresemos al Padre. tan solo si hacemos el intento de acercarnos, tan solo si reconocemos que nos hemos equivocado de ruta, tan solo si confesamos la culpa y pedimos el perdón, sin más, experimentaremos como la presencia de Dios nos penetra el corazón y nos hace nuevas criaturas, puesto que Él es el sello de nuestra dignidad. Él es quien desea salvarnos y no nos pide más que una sola cosa: «Dame, hijo mío tu corazón, y todo lo demás te lo concederé».
©2008 Logoi, Inc.
Todos los derechos reservados
http://www.logoi.org/
Reflexión final
Muchas veces en la vida los seres humanos sentimos que hemos cometido tantos errores que no podemos volvernos a Dios, lo que no sabemos, es que aunque nos equivoquemos y nos alejemos de su presencia, El siempre está esperándonos, buscando que regresemos a su lado para brindarnos su perdón, pero sobre todo su abundante amor.
Aunque falles, te equivoques o pierdas el rumbo, siéntete amado por Dios, pues tu vida tiene un propósito y no estás en este mundo por casualidad. Los brazos misericordiosos del Padre siempre estarán abiertos para recibirte, inundarte de su infinito amor y llenar tu vida de bendición.
Los invitamos a seguir este enlace, que puede a llevarlos a descubrir el primer paso para volver a los brazos del Padre. HOY RECONOZCO - ESTACIÓN ZERO.
En esta parábola se exalta el amor de Dios, expresado en la actitud del padre que amaba a sus dos hijos: al que pagó con lágrimas su error y también al que no supo aprovecharse de las bondades que él ofrecía.
Para conocer el profundo sentido evangélico de esta parábola es fundamental hacernos tres preguntas:
I. ¿POR QUÉ DECIDIÓ EL JOVEN REGRESAR A SU CASA?
No porque sintiera añoranza o nostalgia espiritual o sentimental, ni por qué hubiera sido objeto de una conversión repentina. Despertó a su condición caótica, dándose cuenta del valor personal que tenía como ser humano y que si pudiera reconciliarse con su padre pudiera obtener una vida mejor.
II. ¿CUÁL FUE SU PLAN PARA PODER REGRESAR?
El hijo perdido se sintió movido por las necesidades que sufría para regresar a su hogar. Calculó los riesgos, sabiendo que bien podría ser rechazado. Todo pecador sabe que al regresar a Dios tiene que confrontarse con su responsabilidad frente a los actos cometidos. Mil veces se preguntó: ¿Cómo habrá de recibirme? Fuera como fuera que lo hizo, tomó una decisión: Se llenó de valor y tomó el camino de regreso a su casa, aceptó reconocer su culpabilidad, reconoció la pérdida de sus derechos y aceptó la opción de regresar, no como hijo, sino como siervo.
III. ¿CUÁL FUE LA REACCIÓN DEL PADRE?
Estaba esperando a su hijo y desde lejos, a pesar de los cambios operados en éste le reconoció, movido por su infinita misericordia. Corrió al encuentro de su hijo y no esperó a que éste llegara, sino que fue de prisa a sus brazos, ordenó de inmediato que sus derechos como hijo le fueran restablecidos y celebró el regreso preparando una gran fiesta de recepción. Posteriormente, le explicó al hijo mayor que se mostró incomprensible y hostil, las razones de su comportamiento. Es aquí donde las palabras del Padre son el corazón de la parábola: "... este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido y es hallado".
Jesús con esta parábola explica que el muchacho aventurero asumió la decisión de regresar, pero su rehabilitación como hijo correspondió únicamente a los sentimientos de su padre, de parte del joven, la falta, el pecado, incluso las motivaciones personales; pero de parte del padre, el amor, el perdón y el poder transformador.
En esta bellísima historia del "hijo pródigo" se encuentra un mensaje que es el centro mismo del Evangelio, nos mueve saber que Dios siempre está en espera de todo pecador arrepentido y que en Él tendremos siempre un hogar fijo, por encima de nuestra rebeldía e indiferencia.
También nos anima descubrir que Jesús no se conforma con esperarnos, sino que sale en nuestra búsqueda de forma intensa y amorosa, aunque el hijo se perdió a base de decisiones personales equivocadas. Encontramos en esta parábola que la palabra "búsqueda" es esencial, el padre corre en busca de su hijo perdido, en este caso el ENCUENTRO produce GOZO en el CIELO.
Hoy es una oportunidad para que como hijos perdidos regresemos al Padre. tan solo si hacemos el intento de acercarnos, tan solo si reconocemos que nos hemos equivocado de ruta, tan solo si confesamos la culpa y pedimos el perdón, sin más, experimentaremos como la presencia de Dios nos penetra el corazón y nos hace nuevas criaturas, puesto que Él es el sello de nuestra dignidad. Él es quien desea salvarnos y no nos pide más que una sola cosa: «Dame, hijo mío tu corazón, y todo lo demás te lo concederé».
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Reflexión final
Muchas veces en la vida los seres humanos sentimos que hemos cometido tantos errores que no podemos volvernos a Dios, lo que no sabemos, es que aunque nos equivoquemos y nos alejemos de su presencia, El siempre está esperándonos, buscando que regresemos a su lado para brindarnos su perdón, pero sobre todo su abundante amor.
Aunque falles, te equivoques o pierdas el rumbo, siéntete amado por Dios, pues tu vida tiene un propósito y no estás en este mundo por casualidad. Los brazos misericordiosos del Padre siempre estarán abiertos para recibirte, inundarte de su infinito amor y llenar tu vida de bendición.
Los invitamos a seguir este enlace, que puede a llevarlos a descubrir el primer paso para volver a los brazos del Padre. HOY RECONOZCO - ESTACIÓN ZERO.
ESPIRITUALIDAD Y SU IMPORTANCIA EN LA CONSTRUCCIÓN DEL PROYECTO DE VIDA
Dado que la religiosidad y la espiritualidad ostentan características diferenciales e incluso contrarias, en este trabajo se parte de una visión de la espiritualidad como la experiencia de lo divino. En contraste, la religiosidad se concibe como un paso intermedio de socialización durante el cual el creyente se nutre del saber que dirigirá sus conductas en la búsqueda de la experiencia de lo divino. La espiritualidad es un constructo que se puede analizar por sus efectos en las respuestas de un sujeto con respecto a las condiciones de su existencia y en relación con lo divino. En este trabajo se adopta el término Convicción espiritual para referirnos a las creencias y prácticas religiosas y espirituales, adoptándose con ello un criterio integral (que incluye lo emocional, aspectos cognitivos, conductuales y sociales) de acuerdo con Holland, Kash, Passik, Gronert, Sison. (Rivera-Ledesma & Montero, 2005)
La convicción espiritual se puede ver como un recurso interno; el soporte social religioso como recurso externo, y de acuerdo con la importancia que estos tengan para el sujeto, el afrontamiento podrá ser a su vez de tipo religioso. Bienenfeld, Koenig, Larson y Sherril documentaron la importancia de los recursos internos, externos y las estrategias de afrontamiento religioso en la salud mental. (Rivera-Ledesma & Montero, 2005)
Si el sujeto no incorpora a su personalidad tal saber, es decir, si sus pensamientos, emociones y conductas instrumentales no son congruentes y coherentes con tal saber, entonces este saber mantiene un carácter secundario y accesorio. Sin embargo, si existe una alta congruencia y coherencia entre pensamientos, emociones y conductas instrumentales y aquél saber, y la experiencia con lo divino se concreta, entonces el resultado puede ser la espiritualidad La espiritualidad es un constructo que puede ser analizado por sus efectos en las respuestas de un sujeto con respecto a las condiciones de su existencia y en relación con lo divino. Siguiendo esta óptica, la convicción espiritual puede ser vista como un recurso interno, en la medida en que forma parte del haber cognitivo de un sujeto. Por otro lado, el soporte social religioso suele ser un elemento presente en la vida espiritual y religiosa, así como el soporte social familiar constituye por sí mismo un recurso externo determinante Espiritualidad y religiosidad en adultos mayores mexicanos (Rivera-Ledesma & Montero, 2005)
Para la logoterapia, la religiosidad no significa necesariamente la opción por una creencia religiosa, pero puede ser una de las posibles maneras del hombre de encontrar sentido para la vida…Se concluyó que la actitud religiosa es una forma de encuentro de sentido de vida así como un elemento de prevención del vacío existencial y de la desesperación existencial. (Avellar de Aquino, Moreira Correia, & Câmara Marqu, 2009)
Descubrimos después de años en el agnosticismo , que las personas que daban importancia a su dimensión espiritual, practicaban una religión y contaban con el apoyo de su comunidad de Fe; lograban mayor adherencia al tratamiento médico y terapéutico y re-integrarse a su vida con mayor rapidez. La experiencia adquirida, con niñas/os víctimas sobre vivientes de abuso sexual, violación y violencia doméstica, personas en recuperación de la adicción a drogas y personas sin hogar, nos llevó a concluir que es imposible ignorar las estrategias espirituales desarrolladas y utilizadas por las personas ante las circunstancias difíciles, tales como la pérdida de seres queridos, de empleo, y ante la enfermedad y la violación de la integridad física y emocional por incidentes de violencia, entre otros. Al mundo espiritual le hace falta un buen repaso terapéutico y al mundo terapéutico, le urge la integración del anhelo espiritual. (Ortiz Rivera)
Las cosas que hacen, sienten y dicen las personas tienen un sentido dentro de su marco existencial y contextual. La espiritualidad no puede desvincularse de las otras condiciones materiales de existencia, ya que se sustenta en las condiciones políticas, sociales, económicas, culturales y biológicas; en que vive y trasciende el ser humano. (Ortiz Rivera)
La Espiritualidad “es el caminar por la vida desde la fragmentación, desarmonía y desintegración hacia la totalidad, armonía e integración en mis relaciones con Dios, conmigo mismo, con los demás y con la creación” (Bek, 2007en Ortiz Rivera). Según el Cristianismo, la espiritualidad es un don del Espíritu Santo, un regalo de Dios: "Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido," (1 Corintios 2:12, Reina-Valera). (Ortiz Rivera)
La espiritualidad no es independiente de otras dimensiones, su autonomía no es absoluta. La dimensión espiritual, organiza al organismo psicofísico, de esta forma se establecen relaciones parecidas a las de un músico con su instrumento: el instrumento se desafina, cuando el cuerpo se enferma, y no habrá músico capaz de tocar en él (Gómez, 2007 en Ortiz Rivera).
Los seis sectores actualmente considerados por la Organización Mundial de la Salud como decididamente importantes para la calidad de la vida en todas las culturas son los siguientes: 1) los factores físicos, 2) los factores sicológicos, 3) el nivel de independencia de la persona, 4) las relaciones sociales, 5) el entorno de cada uno, y 6) la espiritualidad/la religión/ las creencias de cada persona (Larson, 2001 en Ortiz Rivera).
En nuestra trayectoria profesional hemos observado como muchos/as de las personas atendidas de forma individual, grupal y/o comunitaria por una situación o necesidad particular, plantean como parte de su problemática una falta de sentido en la vida, una carencia de propósito. Batista plantea que “la carencia de sentido que observamos es, a fin de cuentas, la falta de significado que el alma del ser humano da a lo que la rodea, porque no ha encontrado la respuesta a su búsqueda “ (Batista, 2002 en Ortiz Rivera). La espiritualidad como factor de protección se destaca en un estudio realizado en Estados Unidos con adolescentes religiosos en comparación con aquellos que no practicaban ninguna religión; se encontró que la atención regular a servicios religiosos, la importancia subjetiva de la fe y el pertenecer a grupos religiosos por años, se asocia claramente a formas de vida más seguras, más sanas y más constructivas (Smith y Faris, 2002 en Ortiz Rivera).
Viktor Frankl sostiene que la dinámica de lo espiritual no está basada en la impulsividad sino en el anhelo por los valores (Gómez, 2007). Sin embargo, Bek (2007) señala que la espiritualidad significa cultivar un Dios de amor, de solidaridad y de servicio, no de miedo. Con relación a uno mismo, cultivar la autoestima, y sentido de propósito en la vida; con relación a los demás. (Ortiz Rivera)
Independientemente del lugar y la cultura donde haya nacido o esté ubicada cualquier persona, ésta tiene la tendencia estructurada en sí misma, para desarrollar su potencialidad espiritual, o sea cualquier persona está capacitada para buscar a Dios y como dice Ken Wilber, “eso significaría… que el ser humano normal está estructurado por realidades espirituales”. (Maffiol Arias, 2008)
La psicología humanista diría que cualquier ser humano, tiene la tendencia inherente de autorrealizarse y autotrascender, además de poseer la potencialidad de elegir y de asumir los efectos de sus decisiones, además tiene la potencialidad de darse cuenta, de tener conciencia de sus vivencias, en la medida en que sus experiencias particulares son válidas, ya que cada ser humano es singular y peculiar, semejante a los otros en cuanto a las potencialidades y distinto en cuanto al estilo de vida que elige para desarrollarlas, teniendo en cuenta además, que es en la relación con otros seres humanos como descubre el sentido y significado para desarrollar su proyecto de vida. Por lo tanto, desde el punto de vista humanista para analizar alguna situación vinculada con cualquier ser humano, tendríamos que incluir lo anteriormente dicho, es decir tendríamos que disponernos a observarlo de manera holista, comprendiendo que cualquier ser humano es un organismo complejo y que es más que la suma de sus innumerables partes. (Maffiol Arias, 2008)
Cualquier ser humano es una fuente ilimitada de potencialidades y que además como algo novedoso, posee potencialidades que facilitan el desarrollo y evolución de la conciencia humana, en la que se incluye una dimensión espiritual que se despliega con la construcción de cuestionamientos que trascienden la inmediatez y que se evidencia durante la dinámica particular de búsqueda genuina, de respuestas a estos interrogantes. (Maffiol Arias, 2008)